EL UMBRAL ESOTÉRICO

 R:.H:. Felipe Injoque Espinoza M:.M:.

29 de noviembre 2020

A:.L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.

El Umbral Esotérico Parte 1

 

Hemos podido conversar de temas Masónicos de Primer Grado, como la iniciación, el cuarto de reflexiones, el zodiaco, las columnas, el Templo, el piso mosaico, la estrella rutilante y la escala de Jacob, entre otros temas, habiendo aun muchos que no se han tocado del simbolismo del grado, tanto referidos a los ornamentos, símbolos disposición del templo, así como de las alegorías y detalles del ritual.

Hemos podido conversar sobre signos y tocamientos del grado, así como de la historia de la Orden y de la Gran Logia, sin embargo no hemos profundizado sobre ese umbral ante el cual desarrollamos nuestros trabajos.

Hemos podido conversar sobre preguntas que nos hacemos, como ¿Quién Soy?, ¿de Donde Vengo?, ¿A dónde voy?, pero no hemos develado mayormente que estas preguntas nos llevan a un umbral esotérico, que solo uno puede hollar, pero que los iniciados comparten como anhelo.

Qué es un umbral, sino un marco de puerta, una puerta, un vano que debemos atravesar, para pasar de un ambiente a otro. Porqué hablamos de un umbral si no nos referimos a una construcción física, a una edificación material, cuyas puertas permiten fluir de un ambiente a otro. Nos referimos por un lado a un mundo material y por el otro a un mundo que vibra en otras frecuencias, donde nuestra conciencia no se desenvuelve normalmente, pero donde existimos ciertamente.

¿Hablamos de un umbral de nuestros estados de conciencia entonces? Que nos permite desplazarnos de un estado material y físico tridemensional a otros, donde nuestra conciencia no acostumbra a desenvolverse, o peor, al regresar no recuerda en la mayor parte de las veces y los casos, salvo recuerdos oníricos, que se escapan rápidamente del pensamiento.

Pero ¿realmente se escapan? O forman parte del día a día, de nuestro estado de gustos y percepciones. No es que cuando nos encontramos con una foto de un lugar determinado, ¿nos parece conocido? ¿O peligroso?, ¿o agradable?, ¿o desagradable.? Variando las intensidades de la sensación de recuerdo. Lo mismo con personas a las que de alguna forma sentimos conocer, con las que sentimos conexión, atracción o repulsión. Forman parte no lógica, no racional de nuestra percepción del mundo, porque no lo percibimos con la mente, sino con un sentido, que no forma parte de los 5 conocidos.

La vista, por medio de imágenes captadas por los ojos, las cuales se forman en el cerebro, alimentan una memoria gráfica, donde el órgano de percepción inicia un flujo de información hacia un cerebro, que las procesa y nos permite actuar en función de la percepción que nos permite. Luz, oscuridad, colores, refleja la materia tridimensional, la cual nos da la percepción de un mundo.

El flujo de la información nuevamente es desde el mundo, a través de la percepción de nuestro órgano de la vista hacia el cerebro que construye imágenes de la realidad. Una parcial interpretación de nuestra vista del mundo en el que los hombres debemos sobrevivir. Diseñada para ese fin, a través de la evolución y mucho tiempo. Para que podamos desplazarnos y alimentarnos. Para que podamos reproducirnos y perpetuar la especie. Por ello, la vista nos da información cuya interpretación asociada con otras percepciones, nos da la información para actuar.

¿Qué es bello?, ¿qué es feo? ¿Por qué vemos así? Hay en el proceso de la información un código interpretativo que depende de varias fuentes, las referidas a la genética, las referidas al proceso de aprendizaje, las referidas a procesos mentales y aquellas que devienen de procesos de los sentimientos.

Sin embargo, la vista es un órgano material de un sentido que se repite en los cuerpos donde la conciencia se desplace. Así que la vista en el astral o en el mental también existen y cuando uno puede dominar este sentido en esos planos o mejor dicho en esos cuerpos, se trata de capacidad extrasensorial. Lo que sin embargo puede llegar como recuerdos oníricos a la conciencia del cuerpo físico.

El olfato, en correspondencia, nos permite percibir diferencias químicas emanadas de sustancias que se difunden en el aire que podemos respirar. En el sistema olfativo, células nerviosas en la mucosa nasal, perciben las diferencias químicas que constituyen olores a ese nivel y que pueden traernos el recuerdo de lugares, de momentos, de situaciones, permitiendo que construyamos un mundo olfativo, de aromas que, en comparación con seres más olfativos, como los canes o los osos, es poco relevante en comparación con el mundo visual. Olerá bien lo que nos sirva, nos alimente, nos de algún beneficio, mientras que olerá mal lo que nos represente algo malo, algo peligroso, como la descomposición de la muerte, el acre olor del miedo en el sudor de los demás. Cada olor nos puede transportar sentimental y mentalmente. Puede hacernos recordar.

El oído asociado a la capacidad de lenguaje del ser humano permite un sistema de ida y vuelta, pues como en los dos sentidos previos, el sentido nos permite recibir vibraciones a través del medio aéreo, que son transmitidas al cerebro, en una zona especial, donde se interpreta estas vibraciones y se construye un mundo auditivo, un lenguaje, cuya oralidad es interpretada por este sentido. El oído sumado a la capacidad fonadora de emitir sonidos y articular lenguaje nos permite comunicarnos en el presente y nos puede llevar a un mundo mental y sentimental construido sobre la base de la capacidad humana de contar historias y compartirlas desde los tiempos remotos de la edad de piedra, cuando seguramente en los fuegos donde se compartía en familia y en clan, los antiguos contaban la historia de boca a oído a través de las generaciones. Sentimientos y memorias se transmitían no solo con esta capacidad verbal, sino también con mímica a los sentidos de la vista, del oído de los participantes.

Pero ¿es lo único que podemos oír? Al igual que en el caso de la vista, en todos los sentidos, en los otros cuerpos se corresponde una capacidad extrasensorial.

El gusto, igualmente aplicado a las variantes químicas disueltas en los líquidos o pastas que nuestra lengua puede percibir, en una gradiente de sabores, dulce, salado, amargo, etc. Este es un sentido muy asociado con la necesidad alimentaria y vinculado al olfato.

El tacto, permite que nuestra envoltura física pueda percibir por medio de la piel, lo que tocamos, percibiendo formas, temperaturas, texturas, etc.

Imagínense las equivalencias extrasensoriales de cada sentido.

Es ese umbral de percepciones, que nos lleva a algo que desconocemos, que muchas veces tememos. Sin embargo, si analizamos bien, estos 5 sentidos sumados nos permiten percibir en varios niveles la existencia que nos rodea, que no es más que una percepción. Nos conecta a una intrincada red de información de la realidad que percibimos. Nuestro cerebro genera un conectoma, que de alguna compleja manera es nuestro mapa de la existencia, en el cuerpo que tenemos en la vida. Interconecta nuestros cuerpos con la existencia. Nuestra composición septenaria se integra o conecta mientras vivimos uniendo dos o más planos de existencia a donde nuestra conciencia puede desplazarse según nuestra capacidad de conducir a los cuerpos.

Por ello hemos creado la llamada Cuarta dimensión a la que nos permite conectar nuestro ser desde el mundo físico tridimensional, con otros planos y tiempos. Y muchos le llaman mundo astral, mundo de los deseos, o de sueños.

Si entendemos que para cada cuerpo y nivel energético o vibratorio hay un plano de existencia equivalente y nosotros al nacer hemos culminado el descenso al nivel de la materia o el más denso, donde dicen que somos crucificados y desconectados de los otros mundos y de nuestra memoria superior; nada de extraño tiene que en los distintos cuerpos se corresponda un plano de existencia que solo podemos acceder si somos conscientes en él.

Entonces siendo de una constitución septenaria, compuesta por el triángulo de Atma, Budhi y Manas Superior, que forma el Ego que transmigra de cada cuerpo en el proceso de la reencarnación y el cuaternario inferior de cada personalidad, compuesto por el Manas inferior o mente inferior, Astral, doble etérico y físico, solo somos conscientes en el físico y a veces asomamos en el astral y apenas controlamos el mental. No tenemos mucha claridad sobre los mundos superiores. Y la razón es porque nacimos desconectados y con chachá nuevo, cuerpo que debe construir sus conexiones, sus percepciones, sus pensamientos y su interconexión entre sus códigos y el plano físico.

Y qué educación recibimos en este proceso. Qué aprendemos en los años de estudios. Poco conocimiento de uno mismo y mucho del conocimiento empírico que el ser humano ha construido como sociedad. El lenguaje, las ciencias, las matemáticas marcan la educación escolar y la universitaria. Poco aprendemos de nosotros mismos. Entonces no aprendemos a usar mucho de nuestro potencial. No se nos enseña qué somos en verdad los seres humanos, ni se nos instruye o entrena para controlar las emociones, para controlar la mente, poco a controlar el cuerpo. Es muy probable que los maestros tampoco conozcan esto, como para enseñar, salvo contados casos excepcionales. Ello queda reservado a las escuelas ocultas, a algunas devociones orientales y al aprendizaje y desarrollo de cada uno individualmente.

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